Atrás La fiscala de delitos de odio de A Coruña: «La orientación sexual de Samuel influyó en la agresión»

11 de julio de 2022

La fiscala de delitos de odio de A Coruña: «La orientación sexual de Samuel influyó en la agresión»

La fiscala María Olga Serrano dice que el crimen fue «un ejemplo de violencia brutal y desmedida»

José Manuel Pan
Redacción / La Voz

Hace ahora un año estaba totalmente dedicada a uno de los crímenes más horrendos: la muerte a golpes de Samuel Luiz, un joven de 24 años que recibió una paliza que acabó con su vida en uno de los lugares emblemáticos de A Coruña, el paseo marítimo de Riazor. La fiscala María Olga Serrano (A Coruña, 1979), especializada en delitos de odio y contra la discriminación, estaba de guardia aquella madrugada, la del sábado 3 de julio del 2021. «Me quedé impactada, era un caso de violencia brutal y desmedida», pensó cuando conoció los primeros detalles de lo que había ocurrido en una zona tranquila y muy frecuentada: «Le podía haber pasado a cualquiera».

Un año después, ¿qué me puede contar de aquel caso?

Es un asunto que está judicializado y yo, como fiscal, tengo que garantizar la legalidad y que el jurado esté lo menos contaminado posible. Evidentemente, es un caso muy mediático y la gente se genera su propia opinión con lo que ve en los medios de comunicación. Al tribunal del jurado hay que explicarle muchas cosas, no solo los hechos y la prueba, sino también cómo tienen que interpretar la ley y los conceptos jurídicos. Y deben saber que se tienen que basar única y exclusivamente en lo que vean y escuchen en el juicio.

¿En qué punto está el proceso?

Estamos en la recta final de la instrucción, que estará terminada dentro de unos meses. Quedan unas diligencias pendientes sobre las redes sociales de los implicados que está haciendo la Policía Nacional. Pero antes hubo un proceso complejo en el que el juzgado pidió una comisión rogatoria a las autoridades judiciales de Estados Unidos. Allí, el fiscal federal tuvo que defender la causa ante un juez federal, que dictó una orden de allanamiento [intervención de las comunicaciones] para que el FBI pudiese acceder a las cuentas de estas personas en Instagram. Esa información ya está en manos de la policía española, que ahora está analizando el contenido de las redes sociales de los cinco investigados.

Se dijo que fue un caso de homofobia por la orientación sexual de la víctima. ¿Se podrá determinar eso?

Tengo que esperar a que finalice la instrucción, y hay que determinar jurídicamente cómo influyó. Por eso es importante establecer la diferencia entre el delito de odio y la agravante de discriminación. En el delito de odio cometes una acción exclusivamente por la condición de la víctima. Y la agravante indica que eso ha influido junto a otros motivos.

¿Pero influyó esa condición personal de Samuel Luiz en la agresión?

La orientación sexual de Samuel influyó en la agresión, pero será en el escrito de acusación cuando se determine cómo influyó y si influyó respecto de todos los agresores o en alguno en particular. Porque se trata de una motivación subjetiva que hay que determinar individualmente. Eso es lo que hay que demostrar.

¿Y hay que saber si fue una acción de grupo?

En el trágico desenlace está presente la acción de grupo, de ahí que estén investigadas varias personas. La violencia fue grupal. Cosa distinta es para quién de los agresores esa violencia estuvo vinculada de alguna manera con la condición personal de la víctima.

Los amigos dijeron que la orientación de Samuel fue el motivo de la agresión.

Sí. Entiendo que la orientación sexual fue lo primero que saltó desde el punto de vista mediático. Y rápidamente se asoció que a este chico le habían pegado por su orientación homosexual. Y si ese hubiese sido el único motivo habría un delito de odio, pero si hay otra causa estarían en juego otras figuras, como las circunstancias agravantes.

Fue un crimen tremendo, ¿verdad?

El caso de Samuel fue un ejemplo de violencia brutal y desmedida.

En el que además participaron dos menores.

Los menores ya han sido condenados por un delito de asesinato. Ahora quedan los cinco mayores de edad investigados, tres de los cuales están en prisión. El escrito de acusación se va a dirigir contra las cinco personas que están investigadas. Tres están en prisión preventiva y dos en libertad provisional, pero el escrito de la Fiscalía se dirige contra las cinco.

¿Tuvieron todos la misma implicación en la agresión?

Todos van a ir como acusados en el procedimiento. Todos están implicados en los hechos y hay indicios de que todos han participado de una forma o de otra en la agresión. La forma jurídica de participación de cada uno se reflejará en el escrito de acusación. Este procedimiento tiene una secuencia muy extensa. Hay muchos implicados y hay que determinar la culpabilidad de cada uno. Y hay un resultado final, que es la muerte de un joven. Eso es lo que voy a plasmar en el escrito, con todos los datos y toda la prueba.

Pero solo tres de los cinco adultos implicados están en prisión.

Las medidas cautelares no tienen que influir en el resultado final. Están todos implicados, pero se acordó la prisión provisional para tres de ellos por los indicios que había en ese momento y por el riesgo de fuga y de obstaculizar la investigación. Y dos de ellos no están en la cárcel. Pero eso no indica que no hayan participado en los hechos. Eso es lo que tendrá que valorarse en el juicio. Pero evidentemente, hay indicios de que todos participaron de una u otra forma.

«Jamás había visto algo así. Esto no puede pasar en una sociedad civilizada»

María Olga Serrano es la fiscala delegada para delitos de odio y contra la discriminación en A Coruña. En su trabajo ve casos de menosprecio a las personas, con descalificaciones verbales y agresiones físicas. Pero nada como lo que le ocurrió a Samuel.

¿Había visto alguna vez un caso así?

Jamás había visto algo así. Ni yo ni ninguno de los que participan en el procedimiento. Estuve en el caso desde el primer momento porque estaba ese día en el juzgado de guardia. Y me quedé impactada. La violencia utilizada me pareció desmesurada. Es algo que no puede pasar en una sociedad civilizada y con valores. Hay unos límites que no se pueden pasar. Este es un asunto que no voy a olvidar nunca, y sé que aún queda un largo recorrido hasta que haya una sentencia firme. Además, jurídicamente es un asunto complicado porque hay muchos investigados, hay decenas de declaraciones testificales, muchas diligencias de investigación, se examinaron miles de imágenes… Y todo el proceso se ha desarrollado de una manera muy ágil. Este asunto nunca ha estado parado.

Están aumentando los delitos de odio. ¿A qué puede deberse?

Puede ser por el contexto social, por la polarización de la sociedad y que cada vez es más diversa y cambiante. También las redes sociales facilitan el anonimato y eso sirve para que prolifere el discurso de odio, porque la gente se ve más protegida.

¿Y eso es preocupante?

Es preocupante que aumenten ese tipo de conductas porque es un signo de intolerancia. Lo que subyace en esos casos es la discriminación de otra persona y la lesión de su dignidad por su condición personal. Y eso es intolerancia, por eso es preocupante. Se discrimina a una persona por su nacionalidad, por su ideología o por su orientación sexual.

¿Cuáles son los principales delitos que se cometen?

El delito más frecuente es el xenófobo, el racismo. Entre el 2019 y el 2020 la orientación sexual era el segundo motivo, pero en el 2021 ya está casi a la par que el primero. El tercer motivo es la ideología.

¿Qué se puede hacer?

Desde la Fiscalía estamos muy atentos a esos casos. Pero creo que lo principal es la educación. Hay que educar con un espíritu crítico para que cada uno sepa valorar lo que está leyendo o escuchando y así saber rechazar el discurso de odio y las conductas violentas.

El FBI intervino en el caso para acceder a las redes sociales de los implicados

​​​​​​​El crimen de Samuel Luiz tuvo una gran repercusión desde el primer momento, incluso a nivel internacional, y la muerte de este joven víctima de una paliza grupal en A Coruña acaparó portadas de todos los informativos. Pero el alcance internacional del caso no fue solo mediático, ya que los investigadores tuvieron que solicitar una comisión rogatoria para que las autoridades judiciales de Estados Unidos autorizasen la intervención de las redes sociales de los implicados en la agresión, como explica la fiscala Serrano. Y así fue cómo llegó a intervenir en el caso el FBI, cuyos agentes obtuvieron la información que ahora examina la policía española.

 

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