1. UNIDAD DE TRATA DE PERSONAS Y EXTRANJERÍA

1.1 Introducción. Breve referencia al fenómeno migratorio

La movilidad es una característica intrínseca al ser humano; sin embargo, este fenómeno que ha acompañado la civilización desde sus etapas más tempranas ha aumentado exponencialmente en las últimas cinco décadas, siendo en la actualidad una de las realidades más preocupantes a nivel internacional y cuyo abordaje plantea serios problemas de diversa índole. Así, según los datos aportados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en sus informes de 2020[1] y 2022[2] el número estimado de personas que vivían en país distinto de su país natal en el año 2020 ascendía a 281 millones, 128 millones más que en 1990, triplicando con creces la cifra de 1970, siendo reseñable que casi dos tercios son migrantes laborales.

Aunque sea un fenómeno difícil de predecir, se espera que la migración mundial aumente o al menos se mantenga constante en las próximas décadas debido al crecimiento demográfico en los países de bajos ingresos y el envejecimiento de la población en los países de ingresos altos.

Los principales factores que justifican que las personas abandonen su país de origen y pongan rumbo a otro pueden incardinarse en tres grupos, tal y como recoge un informe del Parlamento Europeo de julio de 2020[3], a saber:

– Factores sociopolíticos. Tales como las persecuciones étnicas, religiosas, raciales, por causas políticas y culturales, incluyéndose dentro de este grupo los conflictos bélicos o las guerras. Así en los últimos años, la gente ha huido a Europa en gran número de conflictos, terror y persecución en sus hogares. De los 295.800 asilados, los solicitantes a los que se otorgó el estatus de protección en la UE en 2019, más de una cuarta parte provino de Siria, devastada por la guerra, con Afganistán e Irak en segundo y tercer lugar, respectivamente. Del mismo modo, desde el inicio de la guerra de Ucrania, son miles los desplazados procedentes de allí hacia el resto de los países de Europa.

– Factores demográficos y económicos – la migración basada en estas causas está relacionada con las normas laborales, el desempleo y la salud general de la economía de un país. Las grandes desigualdades económicas existentes entre los distintos países, hace que las poblaciones de los más empobrecidos migren, huyendo de la miseria, hacía aquellos otros con mejores perspectivas económicas. Según la Organización Internacional del Trabajo de la ONU[4], los trabajadores migrantes, definidos como personas que migran con el fin de ser empleados, representan casi dos tercios de los migrantes internacionales, casi el 70% se encuentran en países de altos ingresos, el 18,6% en países de ingresos medios altos, el 10,1% en países de ingresos medios bajos y el 3,4 % en países de bajos ingresos.

– Factores medioambientales – el medio ambiente siempre ha sido un motor de migración, ya que las personas huyen de desastres naturales, fenómeno que es previsible que se acentúe por razón del cambio climático. Según la OIM, los migrantes ambientales son aquellos que, debido a cambios repentinos o progresivos en el medio ambiente que afectan negativamente sus vidas o condiciones de vida, están obligados a abandonar sus hogares habituales, ya sea temporal o permanentemente, y que se mudan por ello. Es difícil estimar cuántos migrantes ambientales hay a nivel mundial debido a que se mezclan con otros factores, como el crecimiento de la población, la pobreza, la gobernanza, la seguridad humana y los conflictos, que tienen un impacto.

Entre los factores de atracción o llamada que muestran los países de recepción destacan el poder acceder a mejores condiciones de vida, trabajo, servicios sociales, clima, tolerancia, derecho, estabilidad política.

En conclusión, el mundo se mueve y lo hace desde la antigüedad, el ser humano está en continuo tránsito. Las personas se desplazan, como hemos señalado por diferentes razones, en busca de oportunidades laborales o de estudio, para escapar de conflictos, persecuciones o violaciones de derechos humanos o de desastres naturales. Sin embargo, a pesar de lo común del fenómeno y de los enormes beneficios que reporta, la inmigración es percibida en muchas ocasiones solo desde un punto de vista negativo, siendo usada frecuentemente con fines políticos. Tal y como manifiesta la Fundación Avina[5], los países suelen construir una retórica contraria a la migración que se manifiesta en políticas públicas como intentos de contenerla y restringirla.