Artículo de opinión de Fernando Suances, Fiscal Superior de Galicia, en La Voz de Galicia.
Imagen: María Pedreda.
Hoy hace 40 años el BOE publicaba la ley que regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Un día clave para la institución. Tras la promulgación de la Constitución española y con el viento a favor de su carácter innovador, la Fiscalía se estructura, se moderniza y concreta su misión de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, los derechos de los ciudadanos y el interés público. El Estatuto reconoce al Ministerio Fiscal como órgano de relevancia constitucional, con autonomía funcional en el Poder Judicial, conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica.
Un cumpleaños que llega con una inevitable reflexión y un reto ilusionante: la contribución de los fiscales a la consolidación del Estado de derecho y la necesidad de ser motor de cambio de la Justicia en la defensa de los derechos ciudadanos.
A nadie se le escapa que la crisis institucional y social en la que vivimos repercute en la confianza en el sistema político y judicial. En este escenario, los fiscales gallegos velamos cada día por garantizar la imparcialidad, la legalidad y la defensa de los derechos fundamentales. Tres columnas sólidas y fuertes que así deben reflejarse en la sociedad. Despedimos el 2021 con la tranquilidad del trabajo bien hecho y con la vista puesta en metas irrenunciables, como la elaboración de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, donde el Ministerio Fiscal asuma una posición protagonista con la dirección del procedimiento de investigación oficial de los delitos, lo que implica un cambio de paradigma del proceso penal español, equiparando por fin nuestro sistema de instrucción al de la mayoría de los países de nuestro entorno.
Damos la bienvenida a un 2022 marcado por la confianza institucional, una Fiscalía del siglo XXI que incorpore la modernidad sin complejos, con transparencia y comunicación de la mano de las nuevas tecnologías. Estrenamos año con el compromiso de avanzar en la lucha contra la violencia machista y la corrupción, la protección a los vulnerables, con las víctimas y con el medio ambiente.
Queremos una Fiscalía próxima a la sociedad, sostenida por esas columnas estables y firmes, pero con la sensibilidad humana para sentir y arropar al ciudadano. Todo ello, con una lealtad constitucional e institucional inquebrantable. Feliz cumpleaños y que el próximo lo celebremos con un nuevo estatuto, propio de una sociedad democrática avanzada que confíe en el papel fundamental del Ministerio Fiscal a la hora de definir su estilo y su esencia.
